Este lugar quedará grabado en las retinas. Desde lo alto del monte Castro, a 213 metros sobre el nivel del mar, se puede tomar aire y disfrutar intensamente de las vistas de las famosas dunas y del cabo de Corrubedo, la desembocadura de la Ría de Arousa o la Isla de Sálvora. Una enorme piedra con forma de rana da nombre a este lugar.

A 207 metros de altura, y junto a la capilla románica del mismo nombre, este lugar es perfecto para observar unas impresionantes panorámicas de A Curota, Corrubedo, Ribeira, la desembocadura del río Ulla, O Grove o las islas de Sálvora, Ons y Cíes, llegando incluso la vista hasta A Guarda y Santa Tegra hacia el sur y a Fisterra hacia el norte.

Se levanta sobre una gran roca en el puerto pesquero de Palmeira y en la cima se encuentra el monumento al Emigrante, testigo de la importancia que tuvo en esta villa el éxodo a tierras americanas en otra época. El drama de la emigración no pasó desapercibido en Ribeira.

En un lugar de alto valor paisajístico, en el entorno de a Pedra da Ra y próximo al 'Castro da Cidá', un camino de losas y  adoquines reciclados acompañados por un pasamanos de acero conducen a un pino solitario.  Junto a él, un cubo de piedra permite  sentarse y contemplar el paisaje y a un lado,  un mirador delimitado por una varandilla de acero en el que las personas con mobilidad reducida encuentran un sitio seguro. A partir de ahí, la vista lleva hacia otros lugares de interés y la intuición de nuevos caminos que descubren otros mágicos espacios en este entorno natural.

Situado en la parroquia de Aguiño, este mirador acondicionado como área recreativa tiene todo lo necesario para pasar un día perfecto con la familia o con amigos/as: una zona de pinos con mesas, bancos, fuentes y asadores. Todo esto con unas magníficas vistas de la Ría de Arousa y del archipiélago de Sálvora, Vionta y Noro.

Este mirador es el más próximo al núcleo de Ribeira, dentro del extenso Parque Periurbano, una ventana abierta a la villa y a la ría.